6 chiles jalapeños frescos (puedes ajustar la cantidad según tu tolerancia al picante)
2 chiles serranos (opcional, para un extra de picante)
1 cebolla morada mediana, finamente picada
4 dientes de ajo, picados
1 taza de azúcar
1/2 taza de vinagre de manzana
1/2 taza de jugo de naranja
1/2 cucharadita de sal
Procedimiento:
Lava los chiles jalapeños y serranos, quítales el tallo y córtalos en rodajas finas. Si prefieres una mermelada menos picante, puedes quitar las semillas y las venas de los chiles, ya que ahí es donde se concentra la mayor parte del picante.
En una cacerola grande a fuego medio, agrega un poco de aceite y saltea la cebolla picada y el ajo hasta que estén transparentes, durante unos 3-4 minutos.
Agrega los chiles jalapeños y serranos a la cacerola y cocina durante unos 5-7 minutos, revolviendo ocasionalmente.
Incorpora el azúcar, el vinagre de manzana, el jugo de naranja y la sal a la cacerola. Mezcla bien todos los ingredientes.
Lleva la mezcla a ebullición y luego reduce el fuego a medio-bajo. Cocina a fuego lento durante unos 30-40 minutos, revolviendo ocasionalmente para evitar que se pegue, hasta que la mezcla se espese y tenga una consistencia similar a la de una mermelada.
Retira la cacerola del fuego y deja que la mermelada se enfríe completamente.
Una vez fría, puedes verter la mermelada de chiles en frascos esterilizados y cerrarlos herméticamente. Guárdalos en el refrigerador y úsalos cuando desees añadir un toque picante y dulce a tus platos de carne, pavo o quesos durante las festividades navideñas.
TIP: La mermelada seguirá espesándose después de retirarla del fuego y enfriarse. Si al cocinarla sientes que está demasiado líquida, recuerda que al enfriarse adquirirá una textura más espesa.